martes, 1 de mayo de 2012

Tie Brake

Imperiosa y extraña fuerza de la bola.
Impetuosa rompe el espacio graciosa.
Establece punto tenaz,
punto emotivo.
Estas carreras, de un ángulo
al otro extremo
y, apresurados estamos
consistentemente.
Batimos el brazo
como si voláramos,
alargado para dar con fuerza.
Ver la bola con impulso de delfín
flotar trémula para picar
cerca de la blanca línea.
Sentir el corazón saltar
con el engarce del pez :
es el punto anhelado,
que nos alegra el entusiasmo.
El sudor empapa nuestras cejas,
empaña la visión.
El cuerpo siente el fuego de la temperatura;
el alma invadida por la soberbia
del triunfador.
Apretamos la raqueta,
lanzamos la mirada sobre la malla,
captamos una silueta
en un punto de la cancha.
Nuestro pensamiento, nuestro vuelo,
la devolución,
el golpe de revés
y, estalla la fosforescencia
del punto número Siete !

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