lunes, 26 de noviembre de 2012

Caballo tres penas

Las nubes pasaban ligeras obviando fijar la atención acá abajo. Sin embargo, la mañana se ofrecía tierna aunque radiante. Había poco pasto e inmediatamente tras las hierbas, comenzaban los tupidos árboles. Las horas alcanzaron el medio día y el calor del verano arreció furiosamente.

En aquel breve pastizal corrían hilos de alambre de púas y, se veía la figura triste de un caballo estático, bruno, ya de pocas carnes y muchos costillares; coronado de rojizas mataduras a lo largo del esquelético lomo. Azotaba con la crespada y áspera cola la molestia de enjambre de moscas. Aquel viejo palafrén semejaba a la bestia agonizante que presenta Quevedo en el segundo capítulo del Buscón, donde dice: " a tener una guadaña, pareciera la muerte de los rocines".

Daba la impresión de estar en momentos de descanso, de centelleantes y dolorosos : palos, palizas y patadas con que le atacaba un pelafustán que lo pastoreaba, curtido de tatuajes emblemático de un mundo sórdido.

La mirada de sus ojos apagados era lejana. Y posiblemente ya no distinguía el verdor del exiguo prado, pero de vez en cuando fijaba la vista en cualquier objeto. Lo único ágil que se trasuntaba era una garza blanca que volaba de su espalda, cada vez que el pobre cuadrúpedo renqueaba al dar algunos pasos, pero la más de las veces también permanecía allí, sobre el animal, aunque éste se desplazara.

Tensaba del cuello a la estaca, la soga; por el esfuerzo tratando de alcanzar el cubo del agua colocado fuera de su alcance. Al pasar me di cuenta de aquella lucha intermitente, pero inútil. Subí la loma y le acerqué el balde de agua. Bebió con gusto hasta saciarse.

Cuando me alejaba alzó la testa y me ofreció una cansada mirada y un débil relincho, seguro que de agradecimiento.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Golosinas del País - Bodegones de Carlos Mercado

Ya se alcanzaba a ver un asomo del mar. Recordé a Barcelona cuando estuve cerca de Montjuí que de entre las montañas se divisaba una planicie azul oscura del Mediterráneo.   También pensé en Barceloneta, un pequeño pueblo de Puerto Rico, porque su nombre es un diminutivo de esa ciudad de Cataluña. En Barceloneta, primero se ven las montañas y después el mar por el derrotero del valle. Igual ocurre con Barcelona, se muestran las elevaciones del Pirineo y luego se descubre el"Mare Nostrum".

Pero al momento apareció el esplendor marino, con sus matices plateados de tan deslumbrante por el fuego del sol. Al acercarnos se revelaban los tonos de azules cielo y verde claro como las pupilas de las mujeres becquerianas. Se aprecia una visión panorámica como si uno bajara en esas alas deportivas que recorren en periplo, mares y ciudades. Uno auscultaba, además del espléndido paisaje de la bahía, con sus aguas prismáticas y serenas, un viejo túnel por donde el antiguo tren atravesaba el precioso litoral. Al sector se le conoce como Juajataka. Aparcamos en un pequeño parque donde se han instalado miraderos para contemplar la dársena.

A la entrada se ven kioscos que ofrecen tentadoras frituras. Se ha improvisado una almoneda de limitada extensión. En ella nos sorprende una esbelta banquilla de bar, de tope redondo, que exhibe una variedad de dulces criollos, sobre un blanco mantelito circular que cubre con exactitud el área circunstante del tope de la banquilla.

Allí apiñados se muestran peces de dulce de guayaba del matiz de la tonsura abacial. Rombos en pilas de dulces de cocos. Pastas de naranja. Turrones níveos, también de cocos. Pirulíes de delgados rectángulos rojos y traslúcidos. Una pitahaya partida en dos mitades que enseña la pulpa de su fruta y las rojas escamas de su corteza. Las golosinas están rodeadas de un collar en que figuran abalorios y cuentas de tiempos aborígenes.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Historia de una pianista de cine mudo

Lares 1920- 1930. Una carretera central única entraba al pueblo. Por el oeste se encontraba con San Sebastián, hacia el norte conducía al pueblo de Arecibo. En algunos trechos no se veían aceras. Las casas en abrumadora mayoría, eran de maderas techadas de zinc. Sólo una de mampostería fue techada de tejas imbricadas sobre un armazón de recias piezas del país. Aquélla era la casa pastoral. Ya existía la escuela Superior Domingo Aponte Collazo, que albergaba a estudiantes, además de los lareños, a alumnos del Pepino, porque allá no contaban con  Alta Escuela.

Los días y las noches transcurrían sosegadas y frescas. No se conocía el calor. Todos los habitantes barajaban nombres, apellidos y hasta los apodos : la Sirena, Reina Mora, el Ratón, Dick Tracy, el Chango, el Caballo, Pedro Giga, el Chivo, Chita, los Alemanes, la Jirafa, el Curío, Limpia- Nío, Chucho la Perra, Moncho Díos, Machuelo, Miguel el Camello, Chotera, la Malanga.

Pocos automóviles transitaban la calle. Los muchachos de entonces, conocían los autos y camiones por sus bocinas y por el sonido de los motores. Sabían si el carro era de Genarito, de Guillermo Vélez o si el camión era de Monchito Irizarry o de Ángel Ríos, aquel hombre alto que fumaba cigarros, de atractiva presencia y que asesinó a su suegro, Carlitos Valentín. Todos podían adivinar la marca del carro y el dueño o conductor : si era Castellano, si era " el Nene ", si aparecía el auto privado del hacendado don Pepe Márquez o el automóvil de los Alcover. Mientras tanto, jugaban en la carretera distintos juegos : billarda, pelota o canicas entre otros sencillos  deportes.

Carlitos Valentín era un tipo de ebanista , hojalatero y mecánico que fabricaba las masas de romper café para las maquinaria  en los campos. Con ellas se despulpaba el aromoso grano traído de la cosecha. Al momento de morir, estaba laborando en un importante pedido de Cuba.
Después del asesinato, don Paco Paralitici, quien era un diestro ebanista, terminó el pedido de Cuba y cuando le enviaron el dinero, don Paco con su hijo Guilín Paralitici, le llevaron el pago a la viuda doña María Reyes, quien le agradeció tan noble proceder.
La muerte de Carlitos Valentín pudo ser evitada, como todos los hechos en cada ocurrencia.
Ángel Ríos llegó tarde de la capital en funciones de camionero. Herminia su esposa, alentaba celos. Hubo una discusión matrimonial. A los gritos, Carlitos Valentín, que vivía cerca, se movió hasta la casa de su hija. Discutieron yerno y suegro. Ángel Ríos tomó una pieza de acero de un automóvil que era chatarra y le impactó con ella la frente de Carlitos, quien murió al instante.

Con los años el hijo varón de Herminia, Rubén, en su adolescencia se trasladó a San Juan a vivir con su padre. Después ingresó al ejército. Cumplió con la carrera militar. se hizo abogado. Se fue a vivir a Nueva  York y jamás volvió a ver su madre y abuela.
Herminia y su madre María Reyes, murieron en la miseria padeciendo aquella angustia de ser abandonadas.

Naturalmente, por quella época las oportunidades de empleos residían en las faenas agrícolas. La pobre y limitadas vías de transportación era uno de los impedimentos para que se instalaran industrias y talleres en Lares.

Para entonces existía una fábrica de hacer botones para ropa. Estaba ubicada en el sector Borinquen y su materia prima era el nácar.
Este material era traído en estratos o lajas en camiones hasta la fábrica. La industria poseía una máquina que perforaba la lastra, salían unos cilindros del espesor o tamaño de los botones a fabricarse. Después de esta labor constante durante el día, quedaba un sobrante esquelético de las lastras de nácar. Estos eran residuos que al formarse montañas
o dunas de nácar durante el mes, un camión del hacendado Pepe Márquez lo iba replantando, regando y aplanando sobre la superficie de la calle que conducía a su casa.
en el verano esa carretera centelleaba con plena fosforescencia por el brillo del nácar.

Habían dos familias que se sustentaban de lo poco que el cinematógrafo podía pagarles. Para entonces el cine era mudo. Para darle emoción a las escenas se empleaban músicos que tuvieran conocimiento de arias de música clásica. Que pudieran transmitir momentos de suspenso, de sorpresivos impactos, de sutiles espacios románticos, de sentido de persecución o de impresiones de terror.

Doña Isaura Otero de Muñoz y don Pepe Feliciano desempeñaban esa extraordinaria función. No sé si tendrían que ver la película con anterioridad, para ensayar la coordinación exacta, pero lo cierto es que todas las noches siempre salían triunfantes y el público satisfecho. A don Pepe Feliciano le faltaba una pierna. Tocaba violín en el cine, en su casa, enseñaba solfeo y violín. Cuando se desplazaba al cine usaba una prótesis.

Doña Isaura Otero de Muñoz tocaba el piano, pero el de su casa andaba descompuesto. Esperaban siempre a un señor de Quebradillas, que afinaba y componía pianos. Parecía estar muy ocupado por los pueblos limítrofes, porque no acudía a los reclamos de doña Isaura.

Durante la proyección de la película muda, en aquel cine donde estuvo el edificio Villa Ana Luisa, el piano que tocaba doña Isaura y le acompañaba don Pepe en violín, se situaban bien disimulados a un extremo del escenario.
El público se sacudía en los asientos y se sobresaltaba de impresiones momentáneas de nerviosismo, frente a escenas de terror acopladas a los súbitos crescendos y arrancadas de notas y tonos altos que se precipitaban del piano y violín. Como si un director de orquesta enarbolara su batuta, ademanes y gestos frente a ellos. Salían de sus instrumentos las rapsodias de Béla Bartók, los movimientos de Claro de luna, de Beethoven, arias de la Traviata de Verdi, fragmentos de Sacre du Printemps, de Stravinsky. Entonces el espectador entendía con atención sublime, con emotividad la película aunque muda.

Un acontecimiento ocurrido en Nueva York, en 1927, afectaría destructivamente, sobre todo, a doña Isaura Otero de Muñoz. Para esa fecha se proyectó la primera película comercial sonora. Las imágenes aparecían sincronizadas a los sonidos. Las películas serían desde ese momento, habladas.

Una mañana triste : el sol estaba velado por las brumas y calígine. Una fina lluvia intermitente acompañada de un cierzo intimidante cubría a Lares.
Aquella mañana llegó un emisario del dueño del cine a entregarle a doña Isaura un cheque y una nota de despido que contenía con pormenores las razones de la impuesta renuncia. Así quedaba cesante de sus funciones musicales.

Doña Isaura estaba impedida de usar su piano por ruptura y deterioro. No podía enseñar a alumnos. De manera, que al agotarse el dinero remanente, comenzaron días desafortunados. Ya no se veían llegar las compras de otros tiempos repletas de alimentos.
Doña Isaura hacía años era viuda. Sus hijos frente a la penuria, embarcaron. Doña Isaura enfermó.
Al poco tiempo colocaron un crespón negro sobre su puerta.


sábado, 10 de noviembre de 2012

Vino y Cañita - Bodegones de Carlos Mercado

Estamos sentados a la mesa en un ángulo del bar. En ambas caras de las paredes se exhiben carteles de tres culturas diferentes : España, Argentina y Puerto Rico. Aunque el ambiente ha creado una atmósfera de oscuridad suave y azul, que nos recuerda la vieja canción : ( Vas a quemar tus alas mariposita, entre la tenues luces del cabaret... ), los póster se aprecian con claridad, porque hay unas disimuladas bujías de neón que arrojan claridad sobre ellos. Una de las amplias láminas enmarcadas presenta a Carlos Gardel vestido de gaucho, rasgando una guitarra con que se acompaña al cantar. Otra ofrece la orgullosa figura, bien " plantá " de una bailarina gitana del " cante- jondo ". La tercera imagen nos trae al cantor trovador Ramito, vestido a la usanza del campesino boricua, con pava y un gallo de lidia que sujeta con sus dos manos.

De forma alternada se escucha un fondo de música instrumental en tono bajo, pero que se percibe decifrablemente : es el tango Uno cuya música es de Mariano More, pero cuando se vocaliza la letra es de Enrique Santos Discépolo. el mismo autor de Cambalache.

Hemos dejado atrás un grupito de minutos, casi sin darnos cuenta, por el disfrute de la música y las cervezas. Ahora escuchamos a Pasión Vega interpretando " Lunares " Al pasar el momento en que cantaba Pasión, hemos dado al fondo, en el bistro, sobre la multitud de botellas y copas colgantes, con el vistoso rótulo : Bar las Tres Naciones.
Ahora comenzamos a oir " Una mujer en mi vida " de Ramito. El establecimiento está repleto, sin embargo apenas se oye el rumor de las conversaciones.

Hemos distinguido un llamativo tonel de roble barnizado, circundado de seis cinturones de acero que juntan apretadamente los tablones que lo conforman. En el tope circular reposa un vaso o vasija, campaniforme, de mediana altura, tiene rayas alrededor que guardan un equilibrio de espacio. Esta vasija rezuma una presencia de siglos, posiblemente griega del neolítico helénico. No tiene asas, es estructuralmente una fiala. Han colocado dentro de ella, tres botellas : una Rioja cabernet sauvignon, la segunda es Peñaflor malbec. La tercera botella no tiene etiqueta. tampoco trae embocadura sellada. Sólo un corcho puesto a mano en su boquilla. Confunde su color a un cereza de Mendoza, pero no lo es. Es un
"curao " de Pezuela de Lares.
Las tres botellas se abandonan reclinadas al borde de la vasija campaniforme. Rodeadas en el interior de la pieza arqueológica, por un manojo de guayabas que expelen su olor
frutal incofundible. Alrededor del recipiente, en la superficie del tonel, yace una espuela plateada junto a unas boleadas.

martes, 6 de noviembre de 2012

Bodegón de la Gallina - Bodegones de Carlos Mercado

Esta casa de campo que visito, de sencilla y  vetusta arquitectura, está rodeada de árboles.
Se construyó en madera y, ostenta un ancho balcón en escuadra, donde el viento corre y refresca. Sus muebles son sillas y sillones con tope y espaldar elaborados en mimbre.
Cuenta con una hamaca, regalo de doña Elisa, que con la misma devoción que recolectaba el café, confeccionó la prenda para descanso y siesta.
A traves de la barandilla se descubren los hermosos jardines. Al apoyarse sobre el pasamano, vuela la mirada hacia el paisaje montañoso cuyos matices se van graduando en verde, azules y humo. Aquí, entre follaje arbóreo y vegetación arborescente surgen las notas del concierto de los pájaros y pueden divisarse en lo alto, la lechuza planeando sin batir las alas, bajo el cerúleo color del cielo.

En una esquina del balcón en la cual se yerguen unas trinitarias rojas, se destaca una mesa de rústica fabricación. Su tope o superficie escueto, sin ningún paño que cubra su tablado basto. En ella se exhibe una canastilla rectangular de paja y, dentro de ella, una gallina echada empollando sus huevos. Hay también, al pie de la canastilla, bananas maduras. Tendida en la misma plataforma de la mesa, muy cerca de la gallina echada, una destral que sirvió a una comunidad indígena cuya piedra, toba del río, amarrada al corto palo que hace de mango, duerme su impresión secular.

lunes, 5 de noviembre de 2012

El Cemí y el Caíd - Bodegones de Carlos Mercado

Una mesa ornamental sin propósito utilitario hogareño. Desnuda, con hermoso esplendor caoba, puntales torneados, cornisas labradas en antiguos diseños, posiblemente de origen egipcios. Las tapas bajo su tope, trabajadas en relieves, que muestran figuras de camellos en descanso, mujeres sentadas al costado de dunas, donde hay un cazo en brasas y esferas y óvalos de humo. Sobre la falda de estas mujeres, se ven cuencos en los que consumen el condumio. Todas ellas están veladas con el burka. Frente a las féminas un solo hombre, con su brazo derecho alargado hacia el frente, sosteniendo un báculo ceremonial. Es el caíd y las instruye sobre el Islam.

En la superficie radiante, se asienta una generosa dita que luce en remate, unos meandros rojos. Dentro de ella, se asoman distintas frutas, pero descuellan unas pomarrosas de pálida amarillez ( nacen las pomarrosas- pálidas, escondidas, aromosas,- lejos del sol,
como los versos míos : José de Diego ), que se descubren a orilla de los viejos ríos.
También aparece, allí, una piedra de los tiempos de los taínos. Es un cemí y sobre ella, una lagartija con la gaita al aire.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Un Sandy misterioso e invisible

En el portal de un sector destrozado, en Santiago, ciudad arrasada por el meteoro Sandy, se veía un rótulo de aspecto triste y salpicado de lodo, pero firmemente fijado, que leía
" Cuba libre ". Parece que el huracán respetó esa expresión escrita con orgullo nacional.

El pueblo se disponía, dentro de toda ausencia de recursos, a levantar su hábitat en escombro. La iniciativa partía de ellos y de su gobierno. Sentían la emoción de fajarse en su empeño restaurador por lo que ellos consideran parte del país soberano. Parece que la pobreza con todos sus golpes y humillaciones, no lastiman en nada su orgullo de patria libre. De esa faena de brazos compartidos y sudores ciudadanos, aunque le opriman el hambre y la sed, esta lucha angustiosa, pero con bríos evoca aquella genial frase de Antonio Cabán Vale ( el Topo ) " Las penas, unas con otras chocan y se mellan y hacen menos daños ", esa solidaridad es el cuerpo de la libertad.

Aunque con el decidido esfuerzo recogiendo las astillas, la madera arrumbada, los pedazos de leñas, los desechos generalizados, no logren construir sus casas, por lo menos reconstruyen sus esperanzas. Allí reside el sentido de la vida. El percibir que trabajan frente al azote de la naturaleza, con devoción mutua, sin lamentación y echando un pie y otro hacia adelante, sin ser empujado a mendigar, para que luego se manipule su país.

Cuando miro el caso triste de Puerto Rico, donde un Sandy misterioso e invisible se filtra
sin que se vea la fusta de sus vientos prodigar el erario público en los bienaventurados de la riqueza. Entiéndase por ejemplo : aquellos que prohiben los tratados con el comercio internacional que aliviarían los precios de los artículos y productos en el pueblo consumidor. Los que en tiempos de huracanes, montan chanchullos con fondos destinados a aliviar damnificados. Los que ofrecen quincallas en tiempos de elecciones que se reduce a lo inverso de lo declarado. ( " Al único que despediré será el puesto de gobernador"). Después despidieron 30 mil empleados.

La novelista y periodista Mayra Montero toca la tragedia del Sandy invisible con la estela de huellas evidentes que escaldan al país : " Ya para siempre tenemos que depender de la comida que importamos ". " Si ahora mismo se salvaran todas las tierras de potencial agrícola que hay en la isla, lo máximo que conseguiríamos sería reducir entre un 20 o 30 por ciento la dependencia de las importaciones " . " Si los niños en los comedores escolares dependieran de las carnes, granos y verduras que se producen en Puerto Rico morirían de inanición ". " En Puerto Rico se pierden entre 25 y 30 mil quintales de café cada año ". Dice además, Mayra Montero : " las playas en las que se cifran las esperanzas turísticas del país, acaba de advertir el oceanógrafo Aurelio Mercado, que el futuro es nefasto : Palomino está desapareciendo; la playa de Ocean Park está siendo tragada por el mar y, la de Córcega en Rincón se ha quedado sin arena".

Mientras tanto el Sandy misterioso e invisible continúa su paso diezmando esperanzas y arrasando la isla.

Un amigo me informa que en Puerto Rico hay de 80 a 100 entre ingenieros, abogados y médicos talentosos, que no han podido obtener su certificación a pesar, según el informante, de haber aprobado los exámenes. Algunos de ellos después de 20 años de experiencia en su especialización, con buen promedio como graduados y tomado cursos especializados y preparatorios que los cualifican para aprobar los exámenes, se someten
a la prueba de reválida y fracasan todas las veces que intentan. Nos informan que no fracasan en absoluto, pero son independentistas y ese es el castigo con que Sandy los humilla.

Recientemente se publicó una columna en el Nuevo Día ( sábado 13- 2012 ) del Dr. E. Vazquez Quintana, se titulaba ( El cangrejo y el ratón ), sobre la estratagema del Gobierno para privatizar Centro Médico y fastidiar al paciente indigente del país.
Algunos fragmentos dicen así :" En los últimos años, el Gobierno ha adoptado como política pública el hacer alianzas Público- privadas ( A. P.P.). Centro Médico jamás debiera ser privatizado pues es el último reducto donde el lucro no predomina y se brinda el sevicio sin importar la capacidad de pago, origen étnico, raza o condición económica del paciente. Los políticos de turno niegan la intención de privatizar dicho complejo de servicios médicos. Pero ya privatizaron los servicios de farmacia y se anticipa que privaticen las mejoras a la planta física. Sigilosamente y a escondidas en julio del 2011 privatizaron los servicios de psiquiatría del Hospital Psiquiátrico de Puerto Rico ".
Para indicar cómo quedaría Centro Médico si fuese totalmente privatizado, relata la fábula El cangrejo y el ratón :" El cangrejo posee cinco pares de patas ( decápodo ).
Dos de las patas tienen forma pinzas, las cuales usa para alimentarse y defenderse de sus enemigos, entre ellos, el ratón, como el Gobierno - muy astuto y ladino - aprovecha cuando el cangrejo está quieto y entonces le arranca una pata. luego en cada acecho le va arrancando las demás hasta dejarlo en el carapacho, inamovible y si poder alimentarse hasta que muere".

El pueblo de Puerto Rico va encaminado a quedarse sin Centro Médico, el Sandy misterioso e invisible lo hamaquea y amenaza su destrucción.

Frente a ese Sandy destructor. sin ojo, que nos revienta, está la contención de lo que Benjamín Torres Gotay llama en su artículo de fondo, La resistencia. " Ustedes son la resistencia, son el bloque, pequeño en este momento, pero hermoso y perfecto siempre
que evitará que el país se nos deslice de las manos como agua entre los dedos. Son ustedes los de la resistencia, los que al final del camino, mañana, pasado, no se sabe cuándo, pero pasará, van a sacar al país de este atolladero de mediocridad, incompetencia, corrupción y violencia para llevarlo a la cristalización de su inmenso potencial".


jueves, 1 de noviembre de 2012

El poderoso y trágico Sandy

Lamentamos el desastre que ha sufrido Nueva York y otras ciudades de E. U. , por devastación del poderoso huracán Sandy. Hay millones sin electricidad. Factor que al acercarse la nieve y el frío intenso, faltando la apropiada calefacción puede revertir los efectos en cientos de muertos por hipotermia. Luego pueden surgir enfermedades y hasta epidemias. Son numerosos los impactos negativos que reducen la vida de los afectados a sufrimientos, angustias y desesperanzas,

Este fue un solo huracán, naturalmente, que embistió con furia trágica a esa humanidad digna de socorro y lamentación. Tendrán ayuda solidaria.

Estados Unidos ha lanzado sobre otras naciones docenas de tormentas Sandy, mucho más devastadoras, desastrosas, trágicas y exterminadoras. El huracán Sandy hasta el momento, ha producido alrededor de 50 personas muertas. Pero el Sandy atómico que autorizó E. U., que se lanzara sobre Hiroshima, el 6 de agosto, de 1945, con el bombardero Enola Gay, mató en segundos 140,000 civiles entre niños, ancianos y demás ciudadanos. Tres días después, el 9 de agosto, de 1945, arrojó otro huracán Sandy nuclear con el bombardero Block-car, sobre la ciudad de Nagasaki. Allí perecieron en cuestión de segundos, 80,000 civiles. Luego el cáncer y otras calamidades causadas por la radiación produjeron un total de 242,000 muertos. Para un gran total de 462,437 seres humanos muertos en Japón. No conforme con esta deflagración dantesca, envió super-huracanes Sandy de modernos bombarderos a destruir un país entero ( Viet-Nam ).
Allí redujo a cenizas las humildes edificaciones, destruyó hospitales, escuelas e incineró boscajes, la producción agrícola, voló las represas y sembró la muerte entre cientos de miles de niños, mujeres y hombres. Tuvo que intervenir, por el reclamo mundial, que había calificado de locura absurda y genocidio delirante esa aventura demencial, el pueblo civil norteamericano volcado en las calles, para que el presidente Nixon autorizara el retiro del ejército.

Envió otros poderosos huracanes a Libia, a Irán y en este momento, ayuda a la destrucción de Siria.

Lo que le ha pasado en estos días, a las ciudades de E. U. , es un pellizco de ñoco al lado  de lo que esa nación agresora ha causado en muchas partes del mundo.