sábado, 25 de mayo de 2013

El Velorio de Oller, reflejo de La Última Cena de Barocci

El famoso y emblemático cuadro El Velorio de Francisco Oller Cestero, excepcional pintor puertorriqueño del siglo XIX, creado alrededor de 1893, no es tan original como se creía.

Sabemos que Oller participó y perteneció al movimiento del impresionismo en París. que después de su regreso a su patria, ( 1865 ) continuó relación y vínculos con sus amigos impresionistas galos por medio de misivas. En 1866 recibe carta de Guillerme instándolo a regresar a la capital francesa. Pero Oller se afinca en su país y desarrolla su obra realista- impresionista que lo distinguió.

De alguna manera, Francisco Oller se acercó y conoció la destacada obra pictórica, La Última Cena, de Federico Barocci pintor italiano del renacimiento, ( 1535- 1612 ).
Le impresionó la armónica composición de los personajes que concurrían al momento sagrado. Frente a ese cuadro concibió la idea para pintar un baquiné criollo que llamaría El Velorio.

La escena que se observa en El Velorio, tiene intensión exógena : muestra el mismo colorido, el juego de movimiento, la sutil energía, la impresión cinética, la actitud lúdica, la mirada hacia un objetivo en la altura, la presencia del perro, el niño que toma algo de una cesta en el piso. Quien contempla y examina La Última Cena, de Barocci, por fuerza, se ve impulsado a recordar el cuadro El Velorio de Oller pintado tres siglos después.

En El Velorio, se traza una concurrencia costumbrista, pero la vitalidad del cuadro es plenamente impresionista.

Había esta vez, que el padre Denny Cruz Cuevas, estando en Italia descubre este supuesto.

lunes, 20 de mayo de 2013

Ivette

Cuando desperté me di cuenta
de que había soñado.
Ostentaba en su rostro,
aquella mujer dama de Roma,
un lunar que despedía
una tenue luz
como una luna apagada.
Era un lunar que recogía
en su propio destello,
una triste historia.
" Un día cuando comiencen
a redoblar las broncíneas
campanas de la ermita,
te la contaré y, tú
cerrarás el final
con un beso sobre este
este lucero apagado de mi rostro.

viernes, 10 de mayo de 2013

Ecuación matemática

Quisiera ver o conocer cómo un matemático pudiera crear una ecuación, que revele el proceso en que la suma de un capital de banco prestatario mundial, invierte en un país y para volver a aumentar su capital, reduce a la miseria a una sociedad donde se restan también, los ofrecimientos de un gobierno a sus ciudadanos y, el efecto neto de ese empréstito o el resultado final es la paralización de la economía del país, la reducción de la prosperidad : el aumento de la angustia generalizada, y la merma de la felicidad colectiva.

martes, 7 de mayo de 2013

Cuadragésimo aniversario

Los muchachos me invitaron a su amada celebración. Estuve con ellos disfrutando. Pero ahora ellos también eran adultos. Los veía en un hormigueo platicando animadamente alrededor de las mesas. Eran ciudadanos adultos cuyos rostros ya no tenían la brillantez de la adolescencia. Pero tenían alegría en sus expresiones y, allegaban a sus mentes la rememoración de una época dorada.

Se develaron noticias entre ellos, informaciones de volátiles acontecimientos propios de las personas que ya no se ven con la frecuencia deseada.

En aquella época en que ellos cursaban la Escuela Superior, en el esplendor de la adolescencia, yo que fui su maestro, hacía cinco años que había arribado a la adultez.
Cuando se acaba la adolescencia y se penetra a los veinte años, hasta los veintinueve es un estadio de años juveniles en que se va fraguando el cuerpo y el espíritu para entrar a la vida adulta que comienza a los treinta años.

Ahora los compañeros maestros estábamos frente a aquella clase graduada que cumplía 40 años de la gesta inolvidable. Les dije que para aquel tiempo, ellos emprendían el desempeño de aprender y, nosotros la tarea de enseñar que en planos distintos, es una misma función transdisciplinaria que es la educación.

viernes, 3 de mayo de 2013

Las preguntas a la oposición de 7 millones de venezolanos

1 ¿ Por qué le hacen caso a los E. U. ?
2 ¿ Ustedes no ven cómo se va construyendo la felicidad de la gente ?
3 ¿ Ven ustedes diferencia entre la paz y la violencia?
4 ¿ Dónde nacieron, en la opulencia o en la pobreza?
5 ¿ Pueden explicar la inmediatez y el concepto del proceso ?
6 ¿ Pueden distinguir entre dirigentes honrados y dirigentes deshonestos ?
7 ¿ Quiénes han combatido con éxito la gran miseria nacional, los gobernantes del pasado o los chavistas ?

La sordidez del bar

Era un galpón, y en él, un bar.
Todo lleno de una ralea barbuda.
Mostraban tatuajes en brazos y piernas.
Alguna que otra mujerzuela
tambaleante, bebía con ellos.
El antro bar quedaba en el pueblo.
La gente pasaba ignorando
la sórdida presencia.
Una canción se oía
atrapando la tristeza
y al bodrio ambiental.

jueves, 2 de mayo de 2013

Por primera vez, música clásica

Cuando me asomé tras las cortinas, la orquesta se desenvolvía en agitada ejecución.
Un hombrecito nervioso la amenazaba o la abrumaba con una delgada varita. Entonces vi un reguero de papeles blancos, que a cada instante en forma incómoda y expedita los  hojeaban. Con tanto manejo de instrumentos móviles, no sé cómo fluía la música dentro de su armónica expresión, igual que si un tren corriera raudo sin salirse de su trazado metálico.

Estaba allí, oculto entre las gruesas y altas cortinas porque me impulsó la curiosidad o el deseo por aventurarme a descubrir aquellos recovecos tan atractivos para mi ignorancia. Anduve por aquel mundo olvidado y estrecho, tan lleno de cachivaches, pitas colgantes, un piano desvencijado con teclas hundidas y otras más arriba de su natural nivel. Ropas que pendían en ristra de ganchos : eran vestidos extraños que esperaban por hombres barbudos y mujeres de senos brotados. Tuve miedo al paso por aquel raro túnel. Sin embargo, me sentí protegido por aquella peregrina música.

Puse la atención en la pieza que la orquesta interpretaba. Notaba que había lógica y comprensión en ciertas partes y en otra se perdía la razón y la melodía formaba una algarabía como corceles desbocados o tormenta de lluvia azotaína. Sin embargo, notaba una sutil dulzura en el fondo. De momento parecía silenciarse y emergían unos gorjeos de suaves sonidos como trinos de tímidos pajaritos.

Luego en mis días de universitario conocí que la pieza musical a la que hago referencia en esta rememoración, era Capricho español de Nikolai Rimsky Korsakov. Un capricho en modalidad de Goya, pero con la rúbrica, el estilo y el sentimiento de la música de Rimsky.

En ese particular clásico musical, Korsakov lleva desde los Andes un grandioso cóndor a volar por el desolado espacio de los campos de Montiel, en Castilla. El gigante pájaro habituado a otear las escabrosas elevaciones vestidas de interminable blancura nívea, sólo divisa desde el cielo de La Mancha, la parda y sangrienta llanura.

Antonio Skármeta, nos dice en su novela, ( El baile de la Victoria ). " Y de pronto, como un meteorito de plumas que cayera desde la más alta cima, vino a depositarse sobre una roca a metros de ella, -- de victoria -- en un aterrizaje de armónica coreografía, un pájaro cuya cresta roja remataba la cabeza negra asentada sobre un collar de plumaje blanco ".
" Vergara Grey vino, le puso una mano sobre el hombro y para no perturbar la intensa comunicación entre el ave y la chica, le susurró:

      -- Es un cóndor.
      -- Nombre científico Vultur Gryphus de la familia de los Cathartidae.
      -- Tiene el aspecto de un pájaro culto. Ojos de cirujano y pedantería de doctor ".

Cuando estuve de niño detrás de aquellas polvorientas cortinas y, escuchaba aquella extraña música salida de tantos hombres y algunas mujeres, me di cuenta que de aquel acto sublime y armonioso se sentían pájaros, lluvias, caballos en fugas y podía percibir, quizás una nostalgia, porque ciertos pasajes me provocaban tristeza. Era la melancolía de la gran ave suramericana al encontrarse en una inmensidad ajena a la suya. También se podía captar, por momentos, los azotes de los vientos semejantes a las transmontanas que recorrían las áridas tierras rojas. Era colegible el zumbido circular de las aspas de los solitarios molinos de don Quijote. En notas sostenidas en adagio, flotante y sin vida, se transparentaba un extenuante cielo, sin límite y sin nubes.

Recuerdo que don Pablo Casals, genio del violonchelo decía : " En la música hay multiplicidad de cosas y sentimientos que no están contenidas ni especificadas en la partitura ".

Cuando aquella noche universitaria me deleitaba con Capricho español, engarzaba perfectamente en el recuerdo de la pieza musical de la orquesta que me encontré de súbito detrás de los lienzos. Entre la madeja de la música creí distinguir la ansiedad del cóndor buscando en las alturas un ábside escabroso donde posarse para el descanso de su vuelo, pero no veía otra cosa, allá en el lejano suelo, que las ovejas pastando como si fueran abejas libando néctar de  margaritas.