miércoles, 27 de noviembre de 2013

Bolitas de nieve

Las Bolitas de nieve eran en última instancia, un poema. Además de un delicado dulce confeccionado a base de coco rallado a cuya paja se matizaba de color rojo. Resultaba una golosina autóctona de Lares. Se colocaban sobre un pequeño vaso festoneado, con una base circular de azúcar cristalizada y la ralladura de coco, también cubierta por ese cristal de azúcar, cuyo objeto era guarnecer el exquisito dulce.

       -- Bolitas de nieve !--Gritaba Chuía cuando aparecía por las calles del viejo pueblo.
Estas golosinas impresionaban como poemas en vasos transformados al estado de la extensión según los conceptos filosóficos de Descartes, sustancia y extensión.

En cuanto al poema que nos evocaba las Bolitas de nieve recordamos estas consideraciones de la siempre apreciada poesía :

El poema está escrito en símbolos gráficos, que resulta un código linguístico perteneciente al concepto de la extensión según Descartes. Dentro de esa extensión existe el significado de los códigos linguísticos que es el pensamiento. La escritura es pues extensión y pensamiento. Ambas, sustancia y extensión son atributos de una sustancia unitaria, según Spinosa.

Por lo tanto, las Bolitas de nieve portaban atributos propios de los poemas.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Traffic paint

Beau se aplica en francés, para el masculino y belle para el femenino; significan lo bello. Están relacionados con la impresión estética. La belleza siempre es un aliento agradable.

En italiano, feo es brutto, es una presencia que forcejea para desaparecer y también pugna para imponerse. Contrario a lo bonito, cuando aflora en el paisaje, la arquitectura, la pintura, la música, la literatura, en fin, donde quiera que en las artes se manifiesta la estética, obtiene el salvoconducto de todas las miradas. Mientras que lo grotesco recoge el rechazo de la animosidad y el exilio del sentimiento.

Con frecuencia este contraste se ve en las carreteras. Frente al ornato de la flora, sobresalen unos fuertes brochazos de pintura amarilla para el tráfico y luego, que se va borrando y desaparece su intensidad, proyecta un dejo o abandono que es característica de lo feo.

Recuerdo que así pasaba con las bolas de tenis : eran blancas en un principio y, luego el uso las tornaba en color café que, repugnaban frente a la belleza de las canchas y las miradas de los espectadores. Esto evolucionó y se crearon las bolas fosforescentes.

Pensamos que así también, vendrá en el futuro, un cambio o transformación en las zonas de calles y avenidas.

sábado, 16 de noviembre de 2013

Fijación de precios justos

Carlos Alberto Montaner, dijo en N. B. C., que Nicolás Maduro, presidente de Venezuela inducía al pueblo a saquear los comercios y, que la gente alentada arrasaban con cuanto encontraban.

Pero los vídeos presentando saqueadores eran trabajados por personal de la derecha y los expoliadores, individuos pagados para que realizaran el despojo.

Después tomaron fotos de la líder comunitaria, Clotilde Palacios en supuesta acción saqueadora, complacida con su electro-doméstico cuando abandonaba el centro comercial. La fotografía recorrió los periódicos de Europa. Pero Clotilde sólo había comprado legitimamente su artículo eléctrico y poseía el recibo auténtico de su legal compra.

Ante tan abusiva agresión a sus derechos civiles y a su dignidad, el presidente Maduro, la invitó para que estuviera presente frente a la conferencia de prensa explicativa de las Medidas Habilitantes y el proceso de imponer precios justos, tema que abordaría para los periodistas del mundo.

Ahora ante los ojos del mundo, Clotilde ha resultado ser una heroína que ha cuidado y educado a su familia, después de quedar viuda, honradamente con el sudor de su frente y ha dado servicios desinteresados a la comunidad.

Como se ve la derecha fascistoide siempre tergiversando, ofrece al pueblo la horrible consecuencia del sufrimiento y la destrucción y los asesinatos; mientras el socialismo da al pueblo, desarrollo, beneficios, oportunidades y amor.

sábado, 9 de noviembre de 2013

Bolero de Maurice Ravel

Una batalla pírrica

La platífera luz cegadora, mostraba como un espejismo el sinuoso paisaje de pura arenas ardientes. Al final en el horizonte desértico, asomaba a verse la fila tambaleante de un breve ejército que marchaba agónico y asimétrico. Buscaban un oasis para aplacar su horrible sed. El agua era su gran victoria ansiada después de un arrojo bélico desastroso.

Había que afinar la vista y precisar la mirada para poder delinear, a lo lejos, los primeros guerreros árabes que aparecían entre una transparente bruma de polución arenisca.

La música de Ravel recoge esa primera aparición en lontananza. Vienen con las ropas raídas, compresas manchadas de sangre, apósitos en distintas partes y turbantes en hilachas arañados por la guerra, algunos habían perdidos los calzados. Esa música se va intensificando a medida que la tropa se acerca. Entra un número mayor de clarinetes, de saxofones y, aparece la flauta travesera.

Toda la melodía se mueve y se contonea como la serpiente que sale en espiral de la canasta en que dormitaba. Es una música árabe que atrapa el silencio de las dunas adormecidas por el aislado calor de la inmensidad enarenada.

Se distingue mejor la figura que marcha en vanguardia : es el capitán. Una banda de tela, ( diríase teñida de alheña ), pero es roja sangre, le corre de la cabeza pasando bajo su quijada estropeada. Sus pasos son altivos, pero sin firmeza. Todos beberán agua y él será el último.

El tambor va marcando con los golpes armónicos, los débiles pasos de la tropa. La partitura se repite y se repite, en círculos concéntricos mientras dura la marcha heroica y mientras más claros se ven todos los combatientes. El tono se eleva ya cerca del clímax y se emplean todos los instrumentos.

Esta estrategia musical, la adaptó Gabrier García Márquez en la literatura al repetir y repetir la muerte de Santiago Nasal, en Crónica de una muerte anunciada. Estas repeticiones, tanto de Bolero como de Crónica, son por la maestría como se ejecutan, efectos de mayor agrado.

Al llegar los soldados al oasis, la música de Bolero alcanza su mayor sonoridad. Los sedientos guerreros se han lanzados sobre las frescas aguas, pero uno permanece erguido al pie de la corriente y cuando todos han chocado las caras contra el cuerpo de las aguas que han salpicado al capitán, entonces él también cae inerte a las sombras de las palmas de dátiles. La música de Bolero estalla rematando su final con espectacular sello.